lunes, 22 de agosto de 2011

El poder del color


Sabri trajo la silla mecedora junto con otra silla, la campestre. Cuando la vi, me costó imaginar algo que pudiera quedar bien para semejante silla. No se me venía ningún color a la cabeza, pero estaba segura de que tenía que ser algo clarito, porque un color fuerte con una mecedora tan robusta, iba a quedar como un mueble demasiado imponente. Sabri me había contado que quería ponerla en la sala de estar de su casa, donde predominan los colores tranquilos, nada sobresale, todo es armónico. Juntas pensamos qué sería lo mejor e inmediatamente pensamos en un color celeste clarito, que no rompiera con la tranquilidad de la sala pero que pudiera darle un toque único. La silla fue de su abuelo, y ella quería conservarla como lo que había sido: una verdadera pieza única. Una vez decidido el color, Sabri me planteó la idea de hacerle algo en la parte de arriba, que la vuelva jovial. Le propuse hacer un decoupage y juntas buscamos el diseño más acorde. El resultado es el que ven en la foto. Me gusta trabajar en conjunto con los dueños de los muebles, me parece ideal pensar juntos ideas porque se juntan dos factores de los más importantes: creatividad y sentimiento.

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